23/8/10

Continuación sin rumbo fijo

Un punto en la pared. Un mancha, quizás un minúsculo insecto. Mejor una mancha de humedad. Muy pequeña. Entonces una pared, una mancha. La continuación de la pared en el agua.
Un ojo marrón mira a través de un cristal y la luz se descompone. Un ojo marrón mira a través de una ventana con un cristal que descompone la luz y mira al insecto-mancha.
El ojo cree que piensa en el agua pero no. Son la misma cosa continuada y unida por algún ente misterioso.

El ojo continúa en otro ojo, en un cerebro que cree que piensa. Y el cerebro se instala, cambia, muta. El cerebro es otras personas, muchas personas adentro de una cabeza que creen también que piensan, pero ellas a la vez, son otras miles de personas más minúsculas que el insecto de ojo marrón que mira la mancha a través de la luz que descompone cristales.
Las cosas son sólo una vez.
Al intentar volver a ellas, no habrá insectos ni manchas ni ojos ni cerebros. Ni nada.

21/8/10



(PARÉNTESIS DE VIERNES)

10/8/10

Disfraz de sombra

Con una máscara oscura que oculta el verdadero rostro.
La máscara te hace anónimo. Te transforma. Te muta. La máscara negra te ciega unos ojos y te abre otros. Otros ojos que no conocías.
Ver desde la penumbra, camuflarse con la penumbra. Ser la penumbra.
El disfraz completo, la gran capacidad de ser la continuación de los pies de alguien, las manos de alguien. Una suerte de reflejo sin cara ni cuello.
Caminar paralelo a la vereda, paralelo a la pared. Trepar sin esfuerzo un árbol, deambular entre sus hojas.
Las sombras no silban pero caminan sigilosas. Se recortan a la luz de los faroles, desaparecen y vuelven a aparecer sin que nadie se dé cuenta.
Elegiste el disfraz de sombra, con la máscara de sombra. Que te hace anónimo. Que te hace oscuro, imperceptible. Que te quita la identidad. Que te saca la responsabilidad de ser alguien.
Elegiste ser sombra. Elegiste no ser nadie. Elegiste ser libre.