14/7/11

Borro y empiezo por segunda vez. Quizá haya terceras o cuartas veces. En tales casos, ésta segunda nunca será vista: sí las demás subsiguientes. Pero puedo seguir un poco más, y quizá la segunda tenga mejor suerte que la primera que ya fue borrada, y aun mucha más suerte que la tercera o la cuarta que jamás fueron escritas. O quizá la suerte fue para las terceras o cuartas que nunca existieron, aunque les debe quedar la duda de cómo deber ser existir. En fin, el hecho es que borré y empecé de nuevo, porque antes había escrito algo que no me acuerdo, y ahora pienso que mejor no acordarme de eso que escribí, ni de tantas otras cosas que no escribí pero hice.
Hoy me trajo por acá el paradójico desgano de no hacer nada pero. Sucedió que lo visité a CapoCósmico, y le leí algunas cosas tan tan tan puras, que me dieron ganas de calzarme las zapatillas de lona, la remera de He-Man y salir a caminar por la calle a morirme de frío y quizá escribir en algún papelito alguna idea tonta; alguna idea que al principio pueda parecerme genial, pero con el correr del tiempo otros pareceres se apoderan de mí y entonces acá el de las buenas ideas es Cortázar y así abandono mis ideas y me voy a las suyas, más cálidas y.
Pero antes de todo eso -venía diciendo--venía escribiendo-- que me crucé con Leo, ese primo que me copió el apellido y que cosas tan raras dibuja y escribe, y aun antes de eso me crucé con un hermano que anunciaba  su felicidad por la llegada de otro hermano lejano, al tiempo que yo pensaba en el ohotro hermano y también se me ocurriría decirme, la pucha cuántos que somos, y que yo también estaba contento. Y casi junto con todo eso, digo, decía, que despelote me hice con los verbos, si me viera mi "seño" de Lengua qué diría, también suponiendo que ella pudiera decir algo en el caso que siguiera viva.